28 abril 2024

88.3 Radio Ciudad

La primera del dial

POR LOS CAMINOS DEL CARNAVAL GOYANO – CAPÍTULO 1

Por Javier Gauto

Corrientes define sus atractivos turístico-culturales en base a la riqueza que le aporta su geografía, la idiosincrasia de su gente y las prácticas sociales que –en general- esta delimita como propia. Es en esto último donde encontramos lo que Florencio Godoy Cruz define como “existencial paréntesis (…) del hombre…, reencarnación fugaz de Sátiro, Arlequín, Pierrot y Colombina”, en otras palabras: el carnaval.

Varias ciudades de la provincia se destacan con este producto y Goya tiene una historia muy rica al respecto. Desde los bailes de carnaval que antaño se desarrollaban en el Teatro Club 25 de Mayo, donde sus grandes espejos biselados reflejaban la alegría y las aspiraciones de las damas que afrancesaban su vestir en aquella remota petit París. Es el mismo que hoy llamamos Teatro Municipal, el más antiguo en funcionamiento de toda Argentina. O más aquí en el tiempo, en el club Juventud Unida, con baile y fiesta que no hacía distingos entre participantes y abundaba de serpentina. Hasta las últimas convocatorias en un predio preparado para tal fin, y que en una expresión aggiornada de la utilizada en Brasil, se define como “corsódromo”.

 

Para llegar a este corsódromo hubo primero que desandar camino, improvisando circuitos por las calles y avenidas goyanas. Algunos entrados en años recuerdan de sus mayores los relatos de los desfiles de comparsas por calle Evaristo López, en el tramo comprendido por la Entre Ríos y la 25 de Mayo. Sería en las décadas del ’50 – ’60, con Los Payasos como una de las agrupaciones presente en los inicios del carnaval local. Muchos otros guardan memoria de fines de los ’70 e inicios de los ’80, a la altura de Ejército Argentino o Juan Esteban Martínez, cuando por Colón iniciaba la alegría de Momo que continuaba su ruidoso y colorido deambular hasta la calle España, para de allí retornar por José Gómez, donde a la altura del 953 aproximadamente, las familias esperaban plácidamente sentadas en las sillas del bar entonces allí existente, el paso de Goya Porá, Zingarella, y de las creativas “mascaritas” que se presentaban en carros destaque o con recreaciones sátiras, jocosas y bulliciosas. Luego se turnaban las avenidas, un tiempo por Caá Guazú, otro por Madariaga, otro más extenso por Sarmiento.

 

Las comparsas mencionadas junto con Tropical continuaron animando los carnavales en los años siguientes, sumándose luego Karisma Samba Show, Poramba, Ara Sunu, y con el inicio del nuevo milenio irían surgiendo nuevas expresiones: Goya Vera, Ita Vera, Aymará, Fénix, y otras que escapan ahora a mi memoria pero que fueron multiplicando el colorido de un carnaval que crece y que, vencidas las barreras de la pandemia, retornará con el brillo que se merece y encenderá nuevamente las pasiones.

 

Sirva este texto de “introducción” de las historias de carnaval que en los 5 días siguientes se irá presentando y que servirá para recordar nombres propios, hechos, detalles, anécdotas, curiosidades, e incluso prácticas asociadas al carnaval, hoy solo presentes en el arcón de la memoria.

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