
Trump impuso un arancel mínimo del 10% para todos los productos que ingresen a los EE.UU. La medida impacta sobre todas las exportaciones argentinas a ese país y rige a partir de la medianoche de hoy.
Los productos argentinos, como el aluminio y el acero, pagarán un arancel del 10% para ingresar a los Estados Unidos, el mínimo aplicado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La medida impactará sobre todas las exportaciones argentinas a ese país. El nuevo esquema de aranceles recíprocos generalizados para todos sus socios comerciales comenzará a tener vigencia a partir de esta medianoche. Fija un arancel mínimo del 10% para todos los productos que ingresen a EE.UU., incluyendo los provenientes de la Argentina.
Ese piso es muy superior a lo que pagan diversas exportaciones argentinas en la actualidad, lo que pone en duda la sostenibilidad de la venta de esos productos. Tras explicar en detalle el nuevo esquema arancelario, Trump expresó: “Con estas acciones vamos a lograr hacer de Estados Unidos un gran país nuevamente. Trabajos y empresas volverán a nuestro país, romperemos barreras comerciales”.
El aumento de aranceles dispuestos por Trump implica una guerra comercial entre Estados Unidos y las economías más poderosas del planeta: China, Unión Europea, Japón, India, Brasil, Canadá y México.
Estas naciones industrializadas también aumentarán sus barreras aduaneras, definiendo un escenario global sin antecedentes históricos.
La intención de Trump es acceder a los mercados en igualdad arancelaria, forzar a la instalación de empresas extranjeras en Estados Unidos, bajar los precios de los bienes de consumo masivo y aumentar la recaudación tributaria.
Un informe de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham) describe las diferencias en los aranceles que pagan las exportaciones argentinas versus las importaciones americanas.
Por ejemplo:
1. “En alimentos, Argentina grava la importación en un 16 por ciento, mientras que Estados Unidos tiene un arancel del 4,6 por ciento.
2. En químicos y productos industriales, Argentina cobra 8,1 por ciento y Estados Unidos impone un 0.3 por ciento.
3. En plásticos, el arancel local es de 11 por ciento frente al 1,4 por ciento del país norteamericano.
4. En textiles, la Argentina cobra la tarifa más alta, con 20,9 por ciento, mientras que en EE.UU se aplica un 6,1 por ciento.
5. En metales, la tarifa local es de 13,7 por ciento y el impuesto estadounidense es de apenas el 0.2 por ciento”.
ANUNCIO
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció planes para imponer aranceles generalizados, alegando que “nuestro país ha sido saqueado, pillado, violado, expoliado” por otras naciones.
“Los contribuyentes han sido estafados durante más de 50 años”, dijo Trump en declaraciones en la Casa Blanca. “Pero eso ya no va a suceder más”.
El mandatario ha prometido que los empleos manufactureros regresarán a Estados Unidos como resultado de los impuestos, pero sus políticas corren el riesgo de causar una desaceleración económica repentina , ya que los consumidores y las empresas podrían enfrentar fuertes aumentos de precios en automóviles, ropa y otros bienes .
Los aranceles se suman a otros anuncios similares de impuestos del 25% sobre las importaciones de automóviles; gravámenes contra China, Canadá y México, y aranceles ampliados sobre el acero y el aluminio. Trump también ha impuesto aranceles contra países que importen petróleo de Venezuela y planea impuestos de importación separados sobre medicamentos, madera, cobre y chips de computadora.
Ninguna de las señales de advertencia sobre un mercado de valores en picada o que el sentimiento del consumidor se haya vuelto sombrío ha hecho que el gobierno dude públicamente de su estrategia.
El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, ha indicado que los nuevos aranceles recaudarán 600.000 millones de dólares anualmente, lo que sería el mayor aumento de impuestos desde la Segunda Guerra Mundial. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, dijo a los legisladores que los aranceles serían limitados y podrían ser negociados a la baja por otros países, según la oficina del representante Kevin Hern.
Es casi seguro que los importadores transfieran parte del costo de los impuestos a los consumidores. El Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale estima que un arancel universal del 20% costaría al hogar promedio entre 3.400 y 4.200 dólares adicionales.
La premisa del gobierno republicano es que los fabricantes aumentarán rápidamente la producción nacional y crearán nuevos empleos en fábricas.
Basándose en la posibilidad de aranceles amplios del 20% que han sido planteados por algunos asesores de la Casa Blanca, la mayoría de los análisis ven una economía trabada por precios más altos y estancamiento. El crecimiento económico de Estados Unidos, medido por el producto interno bruto, sería aproximadamente un punto porcentual más bajo, y la ropa, el petróleo, los automóviles, la vivienda, los comestibles e incluso los seguros costarían más, según el análisis del Laboratorio de Presupuesto.
Trump estaría aplicando estos aranceles de manera unilateral, ya que tiene formas de hacerlo legalmente sin la aprobación del Congreso. Eso facilita que los legisladores y los responsables de políticas demócratas critiquen al gobierno republicano si la incertidumbre expresada por las empresas y el sentimiento del consumidor en declive son, de hecho, señales de problemas por venir.
Heather Boushey, quien fue miembro del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca del expresidente Joe Biden, señaló que los aranceles menos agresivos que Trump impuso durante su primer mandato no lograron provocar el renacimiento manufacturero que prometió a los votantes.
“No estamos viendo indicios del auge que el presidente prometió”, dijo Boushey. “Es una estrategia fallida”.
La representante demócrata Suzan DelBene dijo que los aranceles son “parte del caos y la disfunción” que se está generando en el gobierno de Trump. DelBene enfatizó que Trump no debería tener la autoridad exclusiva para aumentar los impuestos como pretende sin obtener la aprobación de los legisladores, y señaló que hasta ahora los republicanos han sido “ciegamente leales”.
“El presidente no debería poder hacer eso”, dijo DelBene. “Este es un aumento masivo de impuestos para las familias estadounidenses, y es sin un voto en el Congreso… El presidente Trump prometió en la campaña que reduciría los costos desde el primer día. Ahora dice que no le importa si los precios suben; ha roto su promesa”.
Incluso los republicanos que confían en los instintos de Trump han reconocido que los aranceles podrían afectar una economía con una tasa de desempleo saludable del 4,1%.
“Veremos cómo se desarrolla todo”, dijo el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. “Puede ser complicado al principio. Pero creo que esto tendrá sentido para los estadounidenses y ayudará a todos los estadounidenses.
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